Hay quien afirma que una de las pocas cosas que tienen en común todos los madrileños es que en algún momento de su vida han tenido Abono Transportes. Hoy todo el mundo lo conoce y sabe cómo funciona, pero hace 25 años la idea de viajar de forma ilimitada en todos los transportes de Madrid era totalmente innovadora.
Por eso era necesario explicar cómo funcionaba y el recién creado Consorcio Regional de Transportes lanzó una campaña informativa para animar a los madrileños a "montarse en todo", "montándoselo de abono".
José Manuel Pradillo, el actual gerente del Consorcio Regional de Transportes y entonces director de la EMT, afirma que Madrid no sería hoy como es si no hubieran ocurrido dos cosas en aquellos años '80: la constitución del Consorcio Regional de Transportes, que por primera vez dotaba a la región de una autoridad única del transporte que permitiera planificar la oferta de una forma coordinada y más eficaz, y la creación del Abono Transporte. Entonces se previó que lo utilizarían unos 300.000 viajeros de Madrid y otros 100.000 en la periferia. Hoy lo usan casi un millón y medio de personas al mes.
La red de transporte público de Madrid ha crecido y ha cambiado mucho desde entonces. El Abono Transportes, en cambio, se ha mantenido más o menos como era entonces. Se han ampliado los anillos zonales y se han introducido nuevas modalidades más económicas para ciertos colectivos como los dirigidos a jóvenes, familias numerosas o personas con discapacidad.
Pero el cupón y su funcionamiento, que tan buenos resultados ha dado en estos 25 años, ha sufrido pocos cambios. Ya se han comenzado a hacer las pruebas necesarias para sustituir el cupón tradicional por una tarjeta sin contacto, que ya tienen a su disposición los usuarios del abono anual de la zona A, pero la gran mayoría de los usuarios siguen utilizando el mismo cupón de banda magnética que los madrileños llevan 25 años paseando por todo Madrid en sus carteras.
En 1986, el billete sencillo tanto de Metro como de EMT costaba 50 pesetas. El bono de 10 viajes de Metro costaba 410 pesetas y el de 10 para EMT 310 pesetas. En realidad, no eran bonos como los que utilizamos ahora, como explica Carmen Sanz, jefa del área comercial del Consorcio Regional de Transportes, y una de las profesionales que han formado parte del equipo del Consorcio desde su creación. "El de la EMT era un cartoncito con 10 muescas que se iban picando y el de Metro era un taco con 10 billetes individuales". Este sistema utilizado para Metro dio pie durante un tiempo a un negocio de reventa.
Para unificar el billete de 10 viajes para ambos sistemas, con la creación del conocido como "metrobus", fue necesario esperar a 1998, y constituyó uno de los grandes logros del Consorcio que facilitó muchísimo el día a día de muchos madrileños.
El abono, un gran paso
Pero el gran paso se dio muy pronto, sólo unos meses después de la creación del Consorcio, con la creación en enero del año siguiente, 1987, del abono transportes. Era un nuevo modo de concebir el transporte público y había que explicar cómo funcionaba. Las instrucciones de uso explicaban que con "lo nuevo de los transportes de Madrid, puedes montarte en todo, las veces que quieras, por todo Madrid, por sólo 3.000 pesetas". En enero de 1987, salió a la venta el primer abono, que cubría la zona A, con el objetivo de extenderlo a la zona B en marzo de ese año y a la zona C a partir del año siguiente. "Este abono es un tesoro", afirmaban grandes carteles en el Metro, porque permitía "ahorrarte dinero, colas y las incomodidades de la calderilla y moneditas". Los autobuses de Madrid también animaban con grandes anuncios a utilizar estos "nuevos abonos para que ganen todos".
La idea de crear un abono Transportes nació al mismo tiempo que se creó el Consorcio, y muchos de los que se implicaron entonces en el proyecto continúan hoy realizando allí su labor. Tal es así que la foto de los primeros prototipos de abono que se diseñaron muestra las caras sonrientes de empleadas del nuevo Consorcio, como María Jesús López, que sirvió de modelo para aquellas primeras pruebas. En enero de 1987, fue una de las primeras madrileñas en llevar su abono en el bolso, y así ha continuado haciéndolo los últimos 25 años.
Fuente: NexoBus
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