La EMT ha concluido el proceso de restauración de un modelo emblemático de las décadas de 1970 y 1980: el microbús Pegaso-SAVA 5720, popular en la ciudad de Madrid por su color amarillo y por ser el primer vehículo de transporte público urbano colectivo de la capital que disponía de aire acondicionado.
Los microbuses Pegaso-SAVA 5720 se incorporaron a la flota de la EMT en mayo de 1975 y dejaron de prestar servicio a lo largo de 1987, doce años después. Con este tipo de vehículo, la EMT cubrió una red específica de líneas que se caracterizaban por su baja demanda o por tener recorridos sinuosos o por calles estrechas.
Este vehículo de pequeño tamaño (tenía poco más de siete metros de largo) destinado al servicio urbano fue comercializado por Enasa a principios de los años 70. En 1968, Enasa absorbió la Sociedad Anónima de Vehículos Automóviles (SAVA) y, paralelamente, la producción de la fábrica vallisoletana para el sector de vehículos de gama media y ligera de viajeros y mercancías. De esta manera, la producción de microbuses de Enasa quedó enmarcada en la gama 5700, siendo comercializados bajo la marca Pegaso-SAVA. Uno de los lanzamientos más exitosos en la gama fue este microbús 5720.
Este modelo fue adquirido por diversas empresas de transporte, tanto de ciudades de pequeño y mediano tamaño, como por grandes empresas de ciudades como Madrid. Por aquel año, la empresa privada de transportes Trainco, que explotaba 12 líneas de microbús en la capital, optó por la compra de 40 unidades de este modelo para sustituir a los Barreiros y Austin más viejos que componían su flota.
En 1974, la EMT absorbió la totalidad de las líneas de Trainco y también el material móvil. La empresa madrileña optó por continuar la compra de este modelo y así estandarizar la flota con la adquisición de 180 unidades más. Los vehículos se numeraron del 1 al 180, y posteriormente pasaron a la serie 3000, del 3001 al 3220. En la EMT, estos coches, además de contar con aire acondicionado, butacas tapizadas y otras comodidades, disponían de una tarifa especial más cara que el billete ordinario, ya que disponía exclusivamente de plazas sentadas.
Tras la retirada del servicio, muchos de estos microbuses fueron a parar a diferentes ciudades y empresas de España donde conocieron una segunda vida prestando diversos servicios de transporte público y privado. Otros acabaron sus días en autoescuelas como vehículos de formación y examen, si bien es cierto que todos ellos fueron desapareciendo con el correr de los años, a excepción del coche 3195 que fue propiedad de la EMT madrileña.
Restaurado en Entrevías
Este vehículo fue adquirido, a finales de los años 80, por una autoescuela de Orense y fue recuperado en marzo de 2009 para su incorporación a la colección de autobuses históricos de la EMT madrileña. Su restauración se ha llevado a cabo en el Centro de Operaciones de Entrevías. Con esta unidad, el fondo histórico de la EMT, que es el embrión de un futuro museo, atesora ya 26 unidades representativas de todas las décadas, desde 1947. El Pegaso-SAVA 5720 se une a las últimas restauraciones e incorporaciones que, en este sentido, ha realizado la EMT en los últimos años entre las que destacan un Guy Arab, un Pegaso 6050 y, aún en proceso, un Leyland Titan de dos pisos.
Fuente: NexoBus
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